11 jun 2010

"Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien", de Guillermo Fesser

Quiso la providencia o lo que sea que mi compi Emis me hablara de este texto, relativo a la película titulada "Cándida", del mismo Fesser.

Cualquiera que escuche Gomaespuma (que ya no es un programa de TV) estará familiarizado con el personaje. Y digo personaje. Lo que más me ha jorobado de la lectura es descubrir que una buena parte de Cándida es mady by Fesser. Estoy convencido que la mayoría de las memorias responden a la realidad recordada por Doña Cándida, pero también lo estoy de que muchiiiiiísimas expresiones (rallanas en lo absurdo más alucinante) no son, en absoluto, extraídas de la jerga de la asistenta.


En general no ha habido página en la que no haya sentido ese pinchacito de pena o lástima al contemplar los patéticos episodios por los que la protagonista va pasando. Pero, a la vez, uno no puede parar de desorinarse vivo con el mundo de Cándida.

Esa lástima viene justificada porque, a pesar de lo surrealista de las situaciones, son completamente posibles las cosas que le ocurren. Conozco a otras muchas Cándidas que comparten similitudes con ella misma. Toda la vida trabajando para no tener nada, o darlo todo y no recibir nada. Esa dualidad tan dispar, el TODO la NADA. La ingratitud recayendo sobre una persona toda la vida, el dolor como parte corriente, los disgustos como lo casual en vez de lo particular.

Recomiendo muchísimo, a pesar de la trampa de Fesser, leer las deventuras de esta singular mujer, quien la conoce la quiere, la respeta y la desearía un pasado muy distinto al que tuvo.

Apostillo, hay película, no os la podeís de perder, que diría ella...

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