25 ago 2010

Las amapolas vangoghianas desaparecidas


Lo que debería ser una noticia desgarradora para los amantes del arte, poco a poco se está convirtiendo en algo normal. Que sustraigan piezas de arte de museos pone de relieve la pobre, por no decir escasa, seguridad de estos espacios.


Hace unos meses el "sorolla" del museo Benlliure, un tiempo atrás el escándalo llegó al museo Munch de Oslo con la desaparición de "El grito" y "Madonna" de Munch, y por no hablar de el GRAN ROBO del Museo de Arte Moderno de París, donde se echan en falta obras de Picasso, Matisse, Modigliani, Leger, Braque.
Lo que todos tienen en común es que se llevan obras de gran valor. Por la autoría de las mismas y por ser piezas importantes dentro de estas colecciones. Y son colecciones fuera del ámbito, en su mayoría, del Gran Museo Nacional, donde debería primar la seguridad.
En todos los casos se ha comprobado la facilidad con la que los ladrones entran, rajan la tela y se la llevan con total tranquilidad. El caso del "van gogh" de El Cairo no es una excepción. Las últimas investigaciones ponen de manifiesto que los sistemas de seguridad básicos (cámaras de vigilancia, detectores de metales, etc.) llevaban tiempo sin funcionar adecuadamente.
Y claro, ahora que han robado todos, desde Hawass hasta el taquillero, se llevan las manos a la cabeza y buscan responsabilidades. Pues en cierto modo, no es que me alegre ni mucho menos, pero se lo tienen merecido. En una calle peligrosa no ponen un semáforo hasta que atropellan a alguien, así como no se prohibe un festival musical a gran escala hasta que la mediocre organización da como resultado una ristra de víctimas mortales.
Esto ha sido y será así siempre. Porque por muy museo que se sea, cualquiera con un poco de ganas puede llevarse lo que quiera. Y recuerdo que lo que hay que protejer son las obras, no la tienda de souvenirs. Porque el robo es algo más que puede ocurrir, pero hay un sinfín de desastres que pueden acontecer dentro de las salas, cualquiera que odie a Dalí puede entrar con un estilete y rajar las telas si le da la gana? Eso también es una pérdida.
Me hace gracia los titulares que dicen que los investigadores "sospechan" que pudiera deberse a un encargo. OOOOOoooooooohhhhhhhhh!!!!! Me quito el sombrero ante tanta sutileza. Quienquiera que posea el Van Gogh espero que le haga juego con la alfombra, porque gusto se ha demostrado que tiene. A la par que arte.

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