21 jul 2010

Hemos ido al preestreno de "Toy Story 3"


Y, en una palabra, UNAPASADA!!! Porque estos muñecajos ya nos han acompañado a algunos durante 15 años, y eso produce nostalgia. Y lo grande del cine es que es atemporal, y podemos compartir con los mas pequeños justo las mismas sensanciones.

El recuerdo de un tiempo pasado, es el fantasma que cubre todo el metraje. Andy se va a la universidad y tiene que decidir qué hace con sus cosas viejas, incluyendo a la pandilla de juguetes. Asombra cómo nos podemos sentir profundamente solidarios con los sentimientos de estos juguetes con vida (alma) propia.

Evidentemente todo se tuerce por culpa de una serie de coincidencias desafortunadas que harán llegar a la pandilla a la guardería Sunnyside. Una suerte de tirania gobernada por el oso olor a rosa Lostso.

No quiero desvelar detalles más allá de lo estrictamente necesario. Pixar a sabido crecer aun más, haciendo guiños a toda una suerte de escenas míticas del cine de acción. Me impresionó sobremanera la forma en que resuelven escenas con una tensión exageradamente dramática (no diré cual, solo que hay fuego), una de las mejores escenas del cine de animación de todos los tiempos.

Los personajes antiguos dan paso a una miriada de nuevos personajes, todos y cada uno de ellos con más o menos proyección narrativa (no es extraño que esta tercera entrega de la franquicia sea la más larga de todas, 103 minutos). El personaje de Risitas, el payaso abandonado, o el personaje de Gran Bebé, uno de los más sobrecojedores de toda la saga (con permiso del bebé mutante de la casa de Sid), Ken (con ese punto hortera), el Oso Lotso (malo con motivos) o el Mono vigilante (en el momento en que chilla mi sobrino se me abrazó absolutamente cagado de miedo... dan un amalgama muy bien trenzado de múltimples minihistorias paralelas que enriquecen y dan color y forma al mejor de los guiones escritos para un film de animación digital.

No destriparé el final, pero solo diré que cada vez que lo vuelvo a recrear en mi mente me hace acordarme de aquel niño que fui, que aún guardo muy dentro de mí, pero que jamás volverá a ser lo que fue. Por todo esto y mucho más (que por problemas de spoiler no puedo desvelar) doy las gracias a aquel grupo de hombres que no se dieron por vencidos y nos trajeron a las pantallas a Woody y Buzz y cia. por primera vez y han vuelto a hacernos soñar con nuestros deseos más puros.

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