Ir al cine, ultimamente, se está convirtiendo en una verdadera tortura. Porque calidad calidad, creo que está en desuso, o que les da alergia a las productoras o algo así. Ahora se lleva el efecto chicle, osea, alargar las secuelas de bombazos, en su día, de taquilla (ya estan preparando la 5ª de Spiderman...).
Y este es el caso de RESIDENT EVIL. Aun recuerdo la primera parte, la ilusión que nos hizo a los que jugamos el videojuego y nos cagabamos vivos, verlo hecho peli. Con argumento y todo. Pero llegaron la segunda, la tercera... y ahora la cuarta parte. Y el progreso ha ido en crescendo a lo bestia en cada una de sus secuelas.
Porque, aunque esté hecha con efectos 3D, esa engañifa para que sigamos pagando para entrar en una sala de cine, esta ultima parte es infumable. A los 3 minutos de haber empezado (después de la eterna escena de la lluvia 3D) uno siente que la butaca está rota o algo así y que se siente incómodo. Y nada de eso, la butaca está operativa al 100%, pero las imagenes que se muestran producen risas y llantos simultaneos.
Siempre lo digo, una peli puede ser lo mas fantasiosa que se quiera, pero esa credibilidad se ha de ir construyendo poco a poco, no a lo bestia ir poniendo escenitas de tiros, de clones, de huracanes destructores producidos por un movimiento de pestañas (qué rimmel usa Mila?), explosiones de rayos gamma (porlomenos)... y asi durante toooooooda la peli.
Vamos un coñazo de los que no se soportan, y lo unico que te obliga a no levantarte de la sala es pensar que te tienen que llevar a casa en coche. En fin, que soy masoquista, qué le vamos a hacer.
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