Sucedio ayer. Una mujer bastante mayor llama a la recepcion para informar que en el baño de su habitacion se escucha un ruido muy molesto y que no sabe que puede ser.
Al rato me presento en la habitacion y constato la existencia del ruido y comienzo a buscar la procedencia.
Al no encontrar la razon del misterioso ruido sospecho que pudiera tratarse de una interferencia del altavoz que hay en el techo para escuchar el hilo musical. Dificil arreglo.
Le ofrezco la posibilidad de cambiar de habitacion, oferta que la mujer declina a favor de cerrar la puerta del baño antes de irse a dormir.
No obstante le prometo que el servicio de mantenimiento le solucionara el problema a la mañana siguiente.
Al cabo de un rato, llama de nuevo la mujer desorinandose viva (apenas la entendia entre tanta carcajada) para comunicarme que ha encontrado el motivo del tan molesto ruido:
Su cepillo de dientes electrico se encendio dentro del neceser cuando lo llevo de la maleta al lavabo.
Vamos, media hora de mi vida asesinada por la torpeza de esta buena mujer que, para pedirme disculpas por la molestia, me conto como le bajaron en una ocasion de un avion para abrir su maleta ruidosa, por culpa tambien de su cepillo de dientes electrico, regalo de su difunto esposo.
Lo que me quedo claro es que ella no estaba sola en esa habitacion, almenos en espiritu.
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