Y entramos con muchas ilusiones puestas en Rodrigo Cortes y en su idea de hacer un film muy teatral, almenos en lo que unidad de tiempo y espacio se refiere.
Pero, a medida que van pasando los minutos, la originalidad que al principio se divisaba, va perdiendo fuerza a pasos agigantados.
Y es que no es sencillo mantener un rescate desde el punto de vista del secuestrado (enterrado) a base de llamadas y mas llamadas, en ocasiones prescindibles e incluso inapropiadas.
Todo se convierte en pantomima en el momento en el que la inoperancia del gobierno para intentar rescatar al enterrado se convierte en una declaracion abierta de hijaputez.
La "verosimilitud" muere antes, mucho antes, que el protagonista. La critica se mete a bocajarro, sin importar la destruccion narrativa que hay que pagar a cambio. Porque, la estrecha situacion que se nos intenta vender fenece por hacer a mitad de la peli, una declaracion critica sobre la politica imperialista de EEUU.
Y hablando de verosimilitud, me dice una especialista, que ha visto la peli, que una persona con ansiedad, en una situacion como la que se nos plantea, hubiera muerto al momento de un infarto, seguramente.
Y ya que me pongo, contar que no me ha gustado nada de nada la incursion del video de la chica esa, que tambien muere por cierto, porque rompe con uno de los pocos alicientes de la pelicula a nivel iconografico, y es que el personaje de Ryan Reynolds sea la unica persona que aparece en pantalla.
El montaje no me ha terminado de convencer, aunque es loable que se sustente directamente en una iluminacion muy currada. Pero, en serio, en general me parece demasiado ruido para muchas nueces, pero no las suficientes para una peli en la que no he dejado de pensar en Pai Mei y Beatrix Kiddo.
Enviado desde mi BlackBerry® de Vodafone
No hay comentarios:
Publicar un comentario